martes, 15 de febrero de 2011

INTRUSION A LA FELICIDAD

Una noche más Erik cogió su coche a la salida del trabajo, pero ese día era diferente, Erik sabía que comenzaría una nueva vida, llegó a comprender en donde residía la felicidad de los hombres. Había sido un día duro, los despistes le habían costado una bronca más y no lo soportaba, rompió con la rutina insultando a su jefe y recogiendo su oficina…- hoy empieza mi nueva vida-.

Eran las 22:00 sabía que llegaba tarde y que su novia de nuevo le perdonaría, pero no ese no era el día en el que debía llegar tarde, apretó el acelerador y notó como su cuerpo se estremecía al sentir la velocidad, mientras conducía pensativo un rayo lo saco de su sueño para indicarle que la lluvia estaba cerca, redujo la velocidad y suplicó no llegar tarde.

Mary era una chica alta, morena, extrovertida y simpática. Su vida no era un pozo de alegrías pese a su actitud, vivía estudiando, quería un futuro y siempre decía que: -nunca es tarde para lograr tus sueños-.

Mary había preparado una cena muy especial, no era un día cualquiera, era el día D y se acercaba la hora H, no entendía como Erik podía volver a llegar tarde, otra vez le volvía a fallar.

Un profundo pitido sobresalto a Mary, era Erik había llegado, corriendo preparó con mimo la mesa, unas velas y dos grandes copas de vino, la primera frase de Erik fue que había dejado su trabajo, la tristeza y angustia se torno en el gesto de Mary que lucho por evitar las lágrimas.

“ Hoy comienza mi nueva vida, mi nueva vida junto a ti, cierra los ojos y piensa en lo más bonito del mundo”, Erik se arrodilló, saco un pequeño estuche de su bolsillo, rogo a Mary que abriera los ojos y le dijo: “ La vida sin ti es un camino lleno de piedras, pero juntos las uniremos y crearemos los cimientos de nuestro amor, ¿ quieres casarte conmigo?”.

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